Viñedos en Briñas.
La poda en invierno es la acción de cortar los sarmientos, los tallos jóvenes de la vid. La cepa sólo conserva los sarmientos del año anterior y es necesario suprimirlos y conservar sólo las yemas que establece la normativa de cada consejo regulador, que en el caso del Rioja varía entre 10 y 12 yemas por cepa. La poda, determina tanto la producción final de la vid, como la forma que queremos darle. Se trata de una de las prácticas culturales más importantes que realizan los viticultores.
En el periodo invernal, la vid permanece en reposo, descendiendo la savia al tronco de la cepa, siendo los meses de diciembre, enero y febrero el periodo de llevar a cabo la poda.
Espergurar en primavera es una de las prácticas culturales, que los viticultores realizan en el mes de mayo y consiste en dejar en los pulgares de la poda, los brotes únicamente necesarios, eliminando también los que han salido en brazos y tronco de la cepa, evitando un exceso de uvas y vegetación, para que el desarrollo posterior se dé en las mejores condiciones.
En primavera se vuelve a arar y remover la tierra. Durante la primavera, las vides florecen y son polinizadas. Comienzan entonces a formarse los granos de uva. A finales de primavera se vuelve a arar la tierra.
Paisaje de vides.
Desnietar a principios del verano. Los tiernos brotes dejados en la espergura, llamados pámpanos han crecido y se van haciendo sarmientos, a los cuales, les salen nuevos brotes, son los nietos, siendo necesario eliminar los que están en la parte de abajo al lado de las uvas, para que estas tengan espacio, les corra el aire y les dé el sol, fundamental para el proceso de maduración. En este momento, tiene lugar la floración de la vid.
Entreverar a finales de julio y principios de agosto, en aquellos viñedos en los que se observa un exceso de producción, es necesario descargar las cepas. Para ello, el viticultor recorrerá las cepas, cortando y tirando al suelo, aquellas uvas que él considera que sobran, logrando así ajustar la producción con la calidad necesaria. La época de verano es propicia para arrancar las malas hierbas y tratar las viñas contra posibles enfermedades. Los granos de uva engordan paulatinamente y su color varía del verde al rojo pálido, en el caso de las tintas y amarillo claro, en las variedades blancas, a este proceso se le conoce como el envero.
Viñedos de Briñas.
La Vendimia es el punto culminante de todo el proceso vegetativo de la vid, el momento de la recolección, de un fruto especialmente sensible, que requiere por parte del viticultor, de unos cuidados continuos, controlando las diferentes fases del viñedo, mediante las llamadas prácticas culturales, además de, que la climatología colabore hasta el último día. Nada más finalizar la vendimia, el terreno cultivado demanda limpiar y arar la tierra para que se airee.
El momento exacto del inicio de la vendimia tiene una especial relevancia en el resultado final del vino. Por ello, es necesaria la realización de amplios controles de maduración, que permiten predecir el tipo de mosto que se obtendrá y adecuar así el momento que se considera más propicio para el inicio de la recogida de la uva.
En la Denominación de Origen Calificada Rioja es hacia comienzos de octubre. Se inicia por la Rioja Baja y se va trasladando hacia el oeste siguiendo la línea marcada por el Ebro. El proceso dura alrededor de un mes, con lo que hay zonas de Rioja donde la recolección de la uva finaliza ya en el mes de noviembre.
Tanto si la vendimia se realiza de forma manual o mecanizada hay algunas acciones relevantes para la posterior obtención del vino:
- La uva no debe sufrir herida alguna al ser cortado el racimo para evitar la salida del mosto y, por tanto, que se inicie la fermentación.
- El transporte a la bodega debe llevarse a cabo lo antes posible para que no se deteriore el fruto.
- Preservar a la uva de los cambios bruscos de temperatura.
- Evitar que el mosto se oxide.